ESG, Día 1: Una Pastoral de la Palabra.

ESG Quito, Ecuador.

Noviembre 2014.

“Manos que cuidan, una pastoral de la ternura”.

Día 1: Una pastoral de la Palabra.

2 Timoteo 3:1 – 4:8.

El Señor es bueno, su cuidado en mi vida, y en la vida de todos los que me acompañan en este Encuentro de Secretarios Generales 2014, es evidente. A veces tengo la sensación de que Él está usando este tiempo para atender mi propia vida en particular, sin embargo cada vez soy más consciente de que sus manos de amor y misericordia también se expresan en la vida del resto de los participantes, he incluso más allá de ellos, ya sea en sus movimientos nacionales, en sus familias, en su situación personal, etc. En ese contexto, no me queda más agradecer, reconocer que Dios no abandona.

Como muchos de ustedes saben, ayer fue cuando inició el evento, y de alguna manera he logrado notar que los devocionales personales que estamos teniendo en las mañanas, y las exposiciones bíblicas, están siendo lo que va moldeando todas las discusiones que se dan entre nosotros a lo largo del día, sean estas formales o informales.  Han sido tiempos gratos, tiempos de abrir nuestro corazón, y de encontrar consuelo en medio de la comunidad.  En el caso específico de este Martes 18, estuvimos reflexionando alrededor de 2 Timoteo 3:1 – 4:8, y quería compartir con ustedes algunas cosas.

Estuvimos pensando que ese contexto que el Apóstol Pablo intenta describir a Timoteo, donde abunda la crisis moral, donde es común el rechazo a Dios, donde es evidente que la sociedad está fracturada, donde cada vez aumenta más el número de falsos maestros que son capaces de distorsionar la verdad, donde la gente ama más el dinero que cualquier otra cosa, donde hay sufrimiento y desesperanza, entre otras cosas, se parece mucho de la situación actual de nuestros pueblos. En esos espacios, el mayor desafío de nosotros como cristianos es llegar a ser realmente bíblicos, que aprendamos a pensar y a vivir como la Palabra de Dios, que seamos hombres y mujeres de un solo libro.

Si exponemos nuestras vidas a la Palabra de Dios, aun cuando sabemos que las cosas van a ir de mal en peor, tendremos lo necesario para enfrentar todas las situaciones que surgen a nuestros alrededor, y además podremos sobrevivir a las mismas. Por otro lado, estaremos equipados para ayudar, para cuidar a otros con la Palabra, pues no se trata sólo de recibir sino también de dar, para que ellos también puedan tener esperanza. De todo esto me parece interesante que Dios, como fundamento de nuestra vida y de nuestros ministerios, puede ofrecernos seguridad y esperanza en medio de contextos de inseguridad y de desesperanza, y por otro lado que el hecho de que esto puede ser extensible a otros. El compromiso con las Escrituras, debe ser entonces, aunque a veces resulte difícil, una prioridad nuestra. De manera que para finalizar, quisiera animarles a reflexionar en las siguientes preguntas:

1. ¿Qué lugar le damos a la Palabra de Dios en nuestra vida?
2. ¿Estoy siendo fiel a la Palabra de Dios?
3. ¿Estoy siendo fiel en pasar la Palabra de Dios a otros?